Qué asco me da no ser todavía no ser yo mismo.
Cuántas veces tendré que escurrirme aún en el espejo.
Ya estoy hasta los "guevos"
de seguir aguantándome a mí mismo.
Quiera la luna y quiera el silencio
que choque contra la ridícula costumbre,
aunque en ellos queden desparramados
mis preciosos sesos.
Y salga el sol por donde salga
y la luna se esconda apenas sin sentirlo,
después de las estrellas, en silencio,
he de seguir luchando "pa" morirme
con la tenue sonrisa de mi mismo.
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