miércoles, 8 de febrero de 2012

Me bastan cuarenta duros de felicidad


Y al bufón se le tuerce la risa con cada amuleto,
se cansó de esperar a su sueño despierto,
¿mi sueño donde está?, durmiendo la tajá,
que se ha pinchado con la rueca en el baño de un bar,
que no es titiritero, ni perro cortijero,
ni la cigarra ni la hormiga le han dejado entrar,
lo mando pa’ lo oscuro y ya le pueden dar
bien por el culo a los fantasmas de la soledad,
me bastan cuarenta duros de felicidad.


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